Haciendo los preparativos de un viaje a Berlín, hoy en día se te presentan infinitas opciones de alojamiento. Una miríada de hosteles, hostel-hoteles y hoteles barratos están brotando por toda la ciudad, y las cadenas grandes se están expandiendo más y más.
Si de un hostel solamente te esperas una cama o una habitacion por poco dinero, no es tan difícil elegir. Pero si quieres más que simplemente un lugar para dormir, la selección se vuelve complicada, y casi se parece a la decisión por una pareja para el resto de la vida.
Aquí en el Heart of Gold Hostel Berlín, nuestro punto de vista, uno quizás pasado de moda, es que un hostel bueno no es un lugar donde jamás pasa nada imprevisto, sino precisamente lo contrario. Sobre todo es un lugar donde gente de todas partes del mundo se encuentran y se conocen. Se forjan amistades y todas las noches son legendarias.
Si te quedas en un hostel de verdad, básicamente no te queda otra que conocer gente nueva. En nuestro caso, el Wi-Fi no llega a las habitaciones, y como resultado la gente pasa más tiempo en los espacios comunes que en sus cuartos y llega a conocerse.
Es ahí donde empiezan a pasar cosas inesperadas. A veces, por ejemplo, de repente se hace un recital en nuestro bar. Hay un pequeño escenario, varios de los que trabajamos aquí son músicos, y siempre se encuentra una guitarra. Ese tipo de cosas no existe en los impersonales hosteles de cadena.